Y en Tus silencios labras 

el grito que sostengo  y el silencio que soy.        (Pedro Casaldáliga)

UN MUNDO EN PAZ

¡La Justicia y la Paz se besan! (Salmo 85, 10)

Resuenan en mi cabeza y en mi corazón estas palabras del Salmo 85; y es que la Justicia y la Paz son inseparables. La Paz no puede existir, y no puede ser plena ni duradera, si no hay Justicia. Jesús obró en coherencia en su vida para conseguir un mundo más Justo, un mundo en Paz ¿Lo hacemos nosotros también?

Hoy hablar de Paz nos resulta muy complicado, casi imposible, más aún al tener tan presente el conflicto armado entre Ucrania y Rusia (aunque existen muchos más conflictos alrededor del mundo). Actualmente, cuando hablamos de Paz, la entendemos únicamente como ausencia de guerra; sin embargo, es un concepto mucho más amplio, que incluye hablar de Justicia, y nos debe conducir a ser capaz de gestionar cualquier tipo de conflicto, intentar resolverlo y transformarlo. Podrán dejar de existir las guerras, pero mientras en el mundo no se respeten los derechos, ni existan condiciones dignas para todas las personas, es imposible que hablemos de Paz. Cómo va a existir Paz, si en el mundo una persona muere de hambre cada cuatro segundos, si el 99% de la población mundial posee menos riqueza que el 1% restante, si existe discriminación, violencia (física, verbal, de género), contaminación, explotación laboral, trata de personas, corrupción, racismo y un largo etcétera.

¿Qué podemos hacer? La Paz verdadera, nos debe llevar a ser capaces de resolver los problemas sin violencia, a detenernos para intentar transformar las injusticias que rodean nuestros ambientes a nivel particular y global, a que todo el mundo tenga cubiertas sus necesidades más básicas y también aquellas que afianzan la autoestima y autorrealización como personas; y todo ello, dentro de unos parámetros de justicia social, partiendo del diálogo social, de la comprensión, sin abusos de poder, donde las relaciones se basen en el respeto, la solidaridad, el diálogo y la cooperación. La Paz busca amar y tratar con dignidad a los demás igual que lo hacemos con nosotros mismos, no quedar indiferentes ante el sufrimiento y la necesidad. Por tanto, la Paz debe ser un proceso de construcción y compromiso constante, y es responsabilidad de tod@s. NO podemos esperar que los problemas se resuelvan por sí solos, es una cuestión de Justicia el movilizarnos y actuar para construir un mundo más humano. Así podrá existir una Paz verdadera.

Dios se hace humano para ayudarnos a conseguir esa Paz, nos muestra que tenemos los medios para conseguirla. Con su nacimiento, nos rescata de la violencia, del odio, de la injusticia, nos invita a ser más humildes, más empáticos, y más serviciales con los demás. Hagamos sitio a Dios en nuestros corazones. Empecemos a construir un Mundo en Paz desde hoy.

José Angel

BOLETIN Nº  32

Hace un tiempo publicábamos un artículo tratando de responder a quién beneficiaban las guerras. Decíamos entonces que la venta de armas tiene un componente económico, son una industria muy potente y por tanto hay intereses en seguir generando conflictos, y un componente político: en la política exterior de cualquier país la compra-venta de armas...

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